Una de las grandes decisiones que tiene que tomar una banda antes de ponerse a grabar una canción y que afectará de manera drástica a la sonoridad de la misma es, claro, la metodología de grabación que utilizará la banda para inmortalizar la tonada. Aquí te mostramos algunos clásicos métodos para inmortalizar una canción.
Más allá de los aparatejos, las mesas, los softwares, los backlines,… el modo en el que tocan los músicos ante el micrófono otorgará a la grabación un carácter determinado. Cada músico tiene una manera de tocar, así que tantas sonoridades hay como instrumentistas y bandas existen sobre la faz de la tierra. Ahora, sin embargo, nos fijaremos en los diferentes métodos de grabación según si los músicos graban juntos o por separado.
1. Por separado o “por pistas”
Este es el método más común por varias razones. Consiste en la grabación de cada una de las pistas que conforman una canción por separado, en tiempos distintos. Se suele proceder de la siguiente manera. En primer lugar, la banda entera o gran parte de ella graba una guía de la canción con un tempo determinado. Con esa grabación de guía, se van grabando cada una de las partes por separado hasta completarlas todas, habitualmente comenzando por la batería, siguiendo con el bajo y acabando por la voz y “recordings” adicionales (detalles de percusión, solos, teclados, etc.).
Es el método más utilizado debido a que permite a los músicos dedicar el tiempo necesario a su instrumento sin depender de la interpretación de los demás, a que facilita la corrección de errores, también a que los estudios sencillos, en ocasiones, no están preparados para que el sonido de unos instrumentos no se cuelen en las pistas de otros, si se graba en directo, y cada vez son más los discos y grabaciones que se llevan a cabo en estudios con menos infraestructuras debido a la reducción de presupuestos.
Tradicionalmente, la música pop mainstream (de Madonna a Cher) desde los años 80, empezó a utilizar este método con el fin de minimizar las imperfecciones en la ejecución, llevada a su máximo exponente con la utilización de bases electrónicas programadas.
2. Bases en directo
Consiste en grabar las bases (batería y bajo y, en ocasiones, guitarra rítmica) en directo para conferir mayor dinamismo y personalidad al “caminar” de una canción. Recoge la tradición de las primeras grabaciones de músicas folclóricas y del Rock ’n’ Roll, sin asumir todo el riesgo y reservando las pistas melódicas para grabaciones por separado, controlando la ejecución y la forma final del sonido, persiguiendo con ella cierta ausencia de imperfección sin perder la la dinámica de la base en directo.
Este es un método muy común debido a que supone un equilibrio entre el control y la dinámica. Se utiliza en la actualidad para grabar en todo tipo de estilos y un gran número de estudios disponen de la infraestructura suficiente para poder grabar batería y bajo a la vez.
3. Directo en estudio
Una banda unida graba unida. Es un método arriesgado pero que otorga una energía y una vida única a la grabación. Toda a la banda graba sus instrumentos a la vez hasta conseguir una buena ejecución de la canción, que quedará inmortalizada con todas las inevitable (y en ocasiones maravillosas) imperfecciones que se hayan producido durante la ejecución.
Este es un método muy utilizado en el jazz y en el Rock ’n’ Roll. en los años 50 y 60, la falda de disponibilidad de tiempo de estudio que tenían algunas bandas les obligaba a grabar a la vez sus partes para aprovechar el tiempo del que disponían. El método alcanza su máxima expresión cuando solo se utiliza un micrófono para grabar todos los instrumentos, controlando los volúmenes según la disposición del instrumento o amplificador en la sala de grabación.
Grabar todos en directo obliga en ocasiones a la repetición de las tomas y a una gran concentración y escucha mutua durante la grabación, el resultado, sin embargo, puede ser mágico.
No es un método habitual en la actualidad debido al estándar comercial dominante durante los años 80, 90 y 2000 que persigue la perfección de ejecución. Por otra parte, la necesidad de una infraestructura apta en los estudios, que permita la grabación en directo, complica su uso.
4. Directo en venue
Es la máxima expresión del directo. El directo habitual en un espacio con público grabado e inmortalizado para su edición como disco o vídeo. Es un método habitual en grandes bandas. Consiste en grabar la ejecución conjunta del repertorio ante el público. La calidad sonora y limpieza de las pista suele mermar con respecto a la grabación en estudio, pero confiere a la grabación una energía única inalcanzable en la sala de grabación. El público, además, deviene un elemento más de la conjunción. En ocasiones, se realizan retoques superiores en la mezcla o “recordings” adicionales, pero el objeto del método es la naturalidad y la honestidad.